Buss, que compró los Lakers en 1979, ha vivido como propietario varios años de éxito del equipo, periodo en el que conquistaron 10 anillos. La pasada semana fue ingresado en el hospital y, finalmente, no ha podido superar las dificultades de su enfermedad. La franquicia angelina queda ahora en manos de sus hijos, accionistas mayoritarios.
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